Las expectativas del
consumidor son más exigentes que nunca. El complejo panorama social, económico
y político que premia en los grandes mercados del mundo generan un clima de
incertidumbre; la desconfianza es un sentimiento generalizado. Las necesidades
que de este contexto surgen llevan a los consumidores a poner a las marcas y
sector empresarial en una posición de mayores responsabilidades como
consecuencia de las pocas garantías que las organizaciones gubernamentales
ofrecen a los ojos del consumidor.
La política y sus
implicaciones sociales así como culturales tendrán impactos más allá de las
urnas.
Los hallazgos de la última
edición del Barómetro de Confianza firmado por Edelman son contundentes al
respecto. De acuerdo con el reporte, durante el último año, la confianza en las
instituciones (empresas, medios de comunicación, gobierno y ONG) cayó de manera
generalizada. A nivel mundial, el 75 por ciento de los países desconfía del
gobierno, y el 82 por ciento de los medios de comunicación. Por primera vez la
confianza en las ONG cae a un nivel similar al que reportan los negocios o sector
empresarial.
Para ser más específicos,
la corrupción, globalización, erosión de valores sociales, inmigración y el
ritmo de innovación son las preocupaciones más populares, hecho que se agrava
cuando consideramos que 10 de los 28 países encuestados combinan una falta de
confianza en el funcionamiento del sistema con numerosos miedos sociales. Estos
países han presenciado acciones populistas recientemente: Francia, Italia,
México, África del Sur, España, Brasil, Colombia, Reino Unido, Australia y Estados
Unidos.
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